y se irán de huelga

Afirma Ana García Rubio, secretaria general del Sindicato de Estudiantes, que entre siete mil y nueve mil millones de euros nos han sido robados (sic). Grave acusación, cabría esperar una denuncia. Pero no, por lo pronto mejor una “huelga” de esas.

Por mi parte, como jurista en ciernes y supuesto representado por esta mujer, sería el primero en exigir que la chica fuese al juzgado de turno si mencionada acusación tuviese un mínimo de base. Pero como parece que esta vez tampoco la hay, porque de fundamento, ninguno, por lo pronto paralizan las clases, que lo de estudiar (Derecho, por ejemplo) es muy opresor.

En esencia, estamos ante la misma historia de siempre, otra dosis de la socialdemocracia más irresponsable en vena. Esa que afirma que tenemos derechos discrecionales e ilimitados a la sanidad, a la educación, a la vivienda, a la calefacción, a un vaso de leche caliente por las mañanas y al wifi gratis en las estaciones de tren.

Si la semana pasada alguno se atrevía a insinuar que las personas se están muriendo en este país por culpa de la clase política y no por un cáncer, hoy decimos (plural mayestático) que nos roban nuestra Educación, y mañana serán los viajeros del tren reclamarán “por derecho” más medidas de seguridad en sus viajes, o quizás sean los jueces los que saldrán en los periódicos para alertar del colapso de la justicia. Pasado mañana, los pensionistas, desesperados por el “qué hay de lo mío”. O los artistas. Yo que sé.

Confundido, la prédica del socialista es exigir. De todo. Cuanto más, mejor. Porque se creen legitimados. Porque se creen con derecho.

Let me be clear, you are entitled to nothing.

La utopía socialista se lleva muy mal con la realidad. En la Tierra (no sé en el jardín del Edén) los recursos son escasos. Escasos. Escasez. Esta es la clave de todo esto. Los recursos son escasos. ¿Lo repito?

“La primera lección de la Economía es la escasez: nunca hay suficiente de nada para satisfacer por completo a todos los que lo quieren. La primera lección de la política es ignorar la primera lección de la economía” – El gran Sowell

Partiendo de esta premisa, me gustaría creer que algunos socialistas entienden que el presupuesto público es escaso (=limitado). Sólo con entender esto, digno de segundo de primaria, toda la acusación de robo ya se cae por su propio peso.

Asumiendo el innegociable equilibrio fiscal (recaudación=gastos) aumentar una partida implica disminuir otra. Si los estudiantes tienen “derecho” a más Educación, quizás sean los enfermos los que tengan menos “derecho” a la Sanidad. O los dependientes. O los pensionistas. No debería ser necesario incidir en esto: precisamente el arte de la política se supone que consiste en una buena gestión del presupuesto.

Ciertamente uno podrá exigir mayor eficiencia y eficacia al Gobierno de turno, pero siempre siendo consciente de que, querer más gasto público muy frecuentemente equivale o bien a querer pagar más impuestos o bien a recortar en otro lado.

Lo que es inadmisible es tachar de ladrón o casi asesino al político menganito que, con la Hacienda Pública en rojo (llevamos ocho años seguidos con déficit, sólo el año pasado los políticos gastaron 50.000 mill más de lo que recaudaron), recorta partidas presupuestarias. Económicamente, lejos de ser algo criticable, es largamente encomiable.

Es ciertamente irónico que estando en juego la sostenibilidad del sistema que con tanto ahínco defienden algunos, se echen encima de quien, en contra de la opinión pública y de su propio deseo, no le ha quedado otra que contener un poco el gasto para salvarlo. Pero no, el socialista exige el paraíso en la tierra.

Dicha esta obviedad, aún queda otro aspecto igual o más importante que el mero hecho contable. Y es que como decía, Ana afirma que en vez de un recorte ha habido un robo, y me consta que muchos confundidos la secundan. Como decíamos, se creen “con derecho” a ese dinero.

Sin embargo, no hace falta ser un lince para darse cuenta que el robo presupone derecho de Propiedad: sólo existe robo cuando un legítimo propietario se ve despojado de su derecho de Propiedad.

Los derechos de propiedad son conceptos normativos diseñados para permitir interacciones libres de conflicto al estipular normas de conducta mutuamente obligatorias con respecto a estos recursos escasos. Gracias a los derechos de propiedad, en vez de estar a leches todo el día disputándonos violentamente los recursos, los intercambiamos voluntariamente. Tú me das lo tuyo, yo te doy lo mío. Es la base de la civilización.

El Estado, lejos de ser un agente pacífico, despoja violentamente los recursos a los contribuyentes. Que para eso detenta el monopolio de la violencia, vaya. Confisca y reparte, tejiendo su red de influencias a lo largo y ancho de la economía.

Ironías de la vida otra vez, Ana acierta cuando dice que ha habido un robo. Pero sus legítimos propietarios no son los estudiantes, sino los contribuyentes. Ana tan sólo está reclamando una parte más grande del botín.

Y es a esto a lo que le llaman “derecho social”, que ni derecho es, ni social. Tan sólo un sistema perverso en el que nos rompen las piernas para que luego exijamos muletas al político de turno.

Don’t go around saying the world owes you a living. The world owes you nothing. It was here first

-Mark Twain.

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