En este país de tolerantes esta semana nos indignábamos con la aún existencia de “la misa de la2”, cuando lo indignante no es tanto la misa, sino que aún exista la2.
Veritas odium parit
En este país de tolerantes esta semana nos indignábamos con la aún existencia de “la misa de la2”, cuando lo indignante no es tanto la misa, sino que aún exista la2.