Una elecciones democráticas es una creencia patética en la sabiduría colectiva, basada en la ignorancia individual. Así se de elocuente y desafiante se pronunciaba a principios del siglo pasado un hombre al que se admira mucho aquí, Henry Louis Mencken, y así volvería a manifestarse el Sabio de Baltimore el próximo 26J cuando los políticos nos llamen a las urnas cual pastores, y cual borregos obedecientes muchos acudan a ellas.