Hoy, mientras escribo estas líneas, España entera se encuentra de fiesta. La fiesta de la Democracia, la llaman. Me habían invitado a ir, pero decliné la oferta. Los motivos ya los explicaré otro día.
Lo que sí, mientras que el delirio colectivo se apodera de la gente, uno, que es muy tocapelotas, no puede evitar recordar lo que pasaba hace casi cuatro años, allá por el 23 de diciembre de 2011.
Cierren los ojos. Imaginen a Mariano Rajoy Brey, presidente al fin, presidiendo su primer consejo de ministros. Triunfante, con una mayoría absoluta jamás vista en este país bajo el brazo. Había embaucado a casi 11 millones de españoles, que se dice pronto.
En su día, se interpretó que la razón de su éxito radicaba en esto, el programa más liberal (en lo económico) de la historia de España. No te he dicho que abras los ojos aún. Trasládate ahora al 31 de Diciembre, al segundo Consejo. ¿no recordáis?
Ya los podéis abrir. Mi estreno en este blog es, por tanto, para recordar una dolorosa verdad. Llevamos cuatro años del más duro intervencionismo económico. Tan descarado y traidor como impresionante: subidas fiscales que alcanzan los 17.500 millones, miles de regulaciones absurdas, rescates bancarios y demás formas de arruinar un país.
¿recortes? Sí, los mínimos indispensables para mantenerse a flote, motivados por la extrema necesidad. Y, por muy grandes que hayan sido, recordemos que había que ser muy animal para registrar un déficit del 11%/PIB, y así recibió el gobierno Mariano.
Comprendo que entre tanta desgracia personal y sin ir a las grandes cuentas, es díficil aceptar que apenas ha habido recortes (y que en cuanto pudo, han vuelto a disparar el gasto). Ya me encargaré en otro momento de demostrar con más detalle este punto. Aún así, para que te vayas haciendo una idea de lo que se está tratando aquí, los intereses de deuda representan la tercera mayor partida en los PGE de 2016. ¡Un auténtico disparate!
Es cuanto menos irónico que escuchemos hablar de austericidio, porque etimológicamente esto nunca ha dejado de ser correcto: la austeridad murió hace mucho tiempo en este país.
El caso es que hoy, volviendo a la cuestión democrática, votaste lo que quisiste, solo faltaba. Pero que al menos quede claro una cosa. En este país no ha habido ni liberalismo económico, ni neoliberalismo salvaje, ni nada por el estilo.
Al menos, repito, empecemos por no utilizar el nombre de la Libertad en vano.
Feliz legislatura.
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Bueno, que sepas que a lo que acabas de decir tengo muchas cosas que decir al respecto. No digo que no tengas razón, pero hay que matizar todos los detalles no solo desde un perspectiva técnica
(seguramente son los argumentos en los que te basas) sino que también es importante verlos desde el punto de vista más cualitativo (apoyados por datos y hechos).
Por último añadir una frase de Frank Underwood ( que explica muchas cosas):
“No existe la justicia, solo partes satisfechas.”
Muchas suerte y ánimo.