Mucho se ha hablado de los problemas de dicción de nuestro presidente en funciones, y demasiado poco sobre su ideología. Yo el primero. Parece que hacer bromas sobre su horrorosa oratoria es más importante que las ideas que el hombre nos intenta transmitir a duras penas.
Tanto es así, tanto se le ha llegado a ridiculizar al señor este, que más que nunca el PP será visto a ojos del votante como un partido liberal que quiere desmantelar el Estado del Bienestar, algo que, por mucho que duela admitirlo a más de uno, nunca se ha ajustado a la realidad de la legislatura.