Siguiendo con mi particular lectura de cartilla al gabinete saliente, el ministro de Asuntos Exteriores (en funciones) nos acaba de decir que lo que realmente le preocupa, por encima de todo, es la unidad de España.
Sacándose la careta, el muy (…) reconoció ayer que, para él, nada sería comparable a la ruptura de su querida patria. Fue claro. Ni el bienestar de sus ciudadanos ni la seguridad de sus vidas le parecen asuntos de importancia en comparación. Cuestiones claramente secundarias para quien ha de defender la “raison d’etat“.